lunes, 17 de marzo de 2008

AC/DC - BALLBREAKER (1995)


Desde la edicion de 'Fly On The Wall' en 1985, AC/DC se caracterizaron por dejar pasar largos periodos de tiempo entre la edición de cada uno de sus sucesivos álbumes en estudio. 'The Razor´s Edge' que había sido editado en 1990 y no había sido catalogado en modo alguno entre sus mejores discos, marcaba una distancia de cinco años, media década entre este disco y su álbum de comeback en 1995, 'Ballbreaker'.
Cuando el 22 de septiembre de 1995 se puso a la venta en todo el mundo 'Ballbreaker', además de la satisfacción por tener de nuevo a AC/DC en activo, con nuevo disco y con una nueva gira mundial en ciernes, había motivos para ser optimistas acerca de la situación de AC/DC ante el mar de rumores anteriores, motivados por esos años de silencio discográficos y de ausencia de noticias en torno al grupo. En primer lugar, Chris Slade había dejado su puesto de batería y en su lugar había regresado a AC/DC para grabar este disco y para incorporarse definitivamente al trabajo con la banda nada más y nada menos que Phil Rudd, el legendario batería de los álbumes clásicos de AC/DC, -y hermano gemelo de mi amigo Dani Pujol de la Bon Scott Band- que retomó su relación con ellos tras un encuentro en el backstage de los shows de la gira australiana de finales de 1991. Según me contó en persona el propio Angus Young en la entrevista que pude hacerle a él y a Brian Johnson en Londres precisamente con motivo de la edición de 'Ballbreaker', Chris Slade era un buen batería en estudio, pero en directo no tenía la pegada ni la contundencia que ellos necesitaban para AC/DC, y que por eso, toda vez que volvieron a encontrarse con Phil, no dudaron en llamarle para que volviera con ellos. Phil Rudd, quién dejó la banda en 1983, según se dice que tras consultarlo con su mujer, puesto que la posibilidad de ruptura de su matrimonio por el intensísimo trabajo que AC/DC llevaban a cabo en sus interminables giras fue una de las causa de su marcha en el 83, regresó y a finales de 1994 se incorporó a los ensayos en Sydney de los temas que el grupo había preparado para su nuevo disco.
Otra novedad importante fue el cambio de productor. Bruce Fairbairn, quien fuera el productor de 'The Razor´s Edge' no quiso volver a trabajar con ellos so pretexto de que Atlantic le ofrecía una cantidad de dinero por trabajar con AC/DC que él pensaba que no era la apropiada, y dado que en 1993 Rick Rubin había hecho un muy buen trabajo con AC/DC en el tema que grabaron para la banda sonora de la película 'The Last Action Hero', "Big Gun" -seguro que te acuerdas del idiota de Swarzenegger disfrazado de Angus Young e imitándole en aquel video clip- el afamado productor de Slayer y Red Hoy Chili Peppers se sentó en febrero de 1995 en la mesa de mezclas de los Ocean´s Way studios de Los Angeles para producir 'Ballbreaker'. El resultado final fue un disco fabuloso, mucho mejor que su predecesor y que el que le seguiría pasados otros cinco años, aunque sin embargo el grupo no quedó del todo satisfecho con el trabajo de Rubin. En otra entrevista que tuve oportunidad de hacer con el grupo en 2003 con motivo de su concierto en Londres para celebrar la edición en DVD de su 'Live At Donington'91' Brian Johnson me dijo literalmente: "Cuando trabajas con un productor, quieres que esté todo el tiempo contigo, que te aconseje, que incluso discuta contigo si es necesario, pero que se implique con las canciones que estás grabando. Rick Rubin solo aparecía por el estudio en una de cada siete u ocho de las sesiones de grabación de 'Ballbreaker', y el verdadero trabajo de productor lo hizo Mike Fraser. Creo sinceramente que a Rick Rubin solo le interesaba tener en su curriculum haber producido un disco de AC/DC, pero creo que ni le gustaba realmente el grupo ni le motivaba trabajar codo con codo con nosotros."

Sin embargo, 'Ballbreaker' era un discazo. En efecto, Phil Rudd imprimió a la base de ritmo una fuerza tremenda, complementando el siempre excelente trabajo de Cliff Williams en el bajo -un detalle que poca gente tiene en cuenta: Malcolm y Angus son sin duda el alma de AC/DC, y su sonido de guitarras es pura esencia del Hard Rock, pero la fuerza y la profundidad del bajo de Cliff Williams es una parte tan importante de la fuerza del sonido de AC/DC como las guitarras, y sinó , simplemente escucha "Hard As A Rock"- y el grupo, en su línea musical de siempre, dejó en los surcos de 'Ballbreaker' auténticas obras maestras. "Hard As A Rock" es para mi gusto, la mejor canción que AC/DC escribieron en los 90 al lado de "Thunderstruck", con la cadencia blues rock tradicional de los AC/DC de los 70, de la época de Bon Scott. Grabaron un blues genuino, heredero directo de "The Jack" llamado "Boogie Man" que todavía me estremece cada vez que lo escucho -¡¡y mira que lo he escuchado veces!!-, un rock´n´roll vacilón y divertido como "Caught With Your Paints Down" y dos pedazos de hard rock electrizantes y demoledores como el fabuloso "Burnin´Alive" un tema quie no me explicó cómo no se ha convertido en uno de los clásicos irredentos de la historia del grupo, y el tema que daba título genérico al disco, "Ballbreaker". Todo el diseño del libreto interior del CD fue obra de la editorial Marvel, la mítica editorial de comics, y la gigantesca bola que adornaba la portada, el nuevo número de escenario en la gira junto a los "angus-dolares" de "Money Talks", la campana de "Hell´s Bells" y los cañones de "For Those About To Rock".

El disco superó con mucho las ventas de su anterior trabajo, hizo recuperar el prestigio y la credibilidad del grupo cara a cierta prensa que les miraba con cierto escepticismo, y desde un punto de vista más cercano, más próximo, como os dije anteriormente, la edición de este disco me permitió por primera vez, cuando tan solo llevaba dos semanas haciendo mi programa de radio 'Rock Star' en Onda Cero Musica - Onda 10, entrevistar en persona en Londres a Brian Johnson y a Angus Young, acompañado por mis compañeros de profesión y amigos Mariscal Romero, el Pirata y el malogrado Joaquín Luqui. Nunca olvidaré la anécdota de cuando Mariscal Romero estaba entrevistando a Brian Johnson y le recordaba que él les organizó una actuación en 1973 a Geordie, la banda en la que Johnson cantaba en los 70, en la discoteca MM de Madrid, y entonces el cantante le dijo: "¿Ah si? ¿fuiste tu? ¡pues págame lo que me debes! ¡nunca llegamos a cobrar aquella actuación!" me acuerdo que ante la cara de flipe de Romero y lo inesperado del comentario de Brian Johnson, Angus, Javier Bilbao de Atlantic Records y yo no pudimos reprimir la carcajada.

En el verano de 1996, y después de muchos años de intentonas fallidas, AC/DC tocaron tres noches seguidas en la plaza de las Ventas de Madrid. Allí se grabó el video y dvd oficial en directo de la gira, 'No Bull', y para quienes las vivimos, fueron noches llenas de una magia absolutamente especial, igual que los conciertos del Palau Sant Jordi de Barcelona que también pude ver unos días antes como reportero de la revista Kerrang!

'Ballbreaker' recuperó a unos AC/DC llenos de energía, potentes, renovados, que seguían siendo la máquina de rock´n´roll salvaje que siempre fueron desde sus primeras actuaciones en Sydney, y que en estudio, demostraron que aún tenían mucho que decir. 'Ballbreaker' no es un álbum por razones obvias comparable a 'Highway To Hell' o 'Back In Black', pero quiero insistir en ello: es su mejor disco de la década de los 90.

domingo, 16 de marzo de 2008

ROLLING STONES - VOODOO LOUNGE (1995)


Estoy sentado de noche, de madrugada, frente al ordenador contestando mails, escribiendo artículos, y dentro de esa compañia constante, permanente, única quizá que pueden darme los Stones y su música, en ocasiones se cuelan las chispas rockanrolleras de "Sparks Will Fly", o la voz inconfundible de Keith Richards susurrándome aquello de ..."I´m the worst kind of guy for you to be around". Escucho "Love Is Strong" e imagino las caderas de mi chica moviendose sicalíptica en su modelito vaquero de verano en la tórrida Barcelona de finales de junio. Contemplo, mientras paseo con mi perro, las luces de Madrid en la madrugada, y el piano evocador y nostálgico de "Out Of Tears" que suena en el ipod me trae cientos de recuerdos, de despedidas, de cartas...

... estoy en medio de un concierto de los Stones, y en ese arranque demoledor, rockero, que no te deja ni un segundo para tomar aire, suena como un volcán en erupción "You Got Me Rocking"... como siempre me ocurre con los Stones: sensaciones, emociones, vivencias, momentos que quedan impregnados en la memoria. Y muchos de esos momentos, como habeis visto, tiene que ver mucho con un disco que no sé hasta que punto entra en la categoría de clásicos de la categoría de 'Begars Banquet' o 'Sticky Fingers', pero que es a mi juicio su mejor disco de los 90: 'Voodoo Lounge'.

Hagamos un poco de historia: Cuando nadie hubiera apostado ni un céntimo por que las en apariencia insuperables diferencias entre Mick Jagger y Keith Richards aireadas por la prensa desde mediados de los 80 tuvieran arreglo y los Rolling Stones volvieran a encerrarse en un estudio para grabar un disco, ni mucho menos aún hacer una gira, en 1989 los Stones sorprendieron a propios y a extraños y editaron un más que correcto 'Steel Wheels' que fue una excelente tarjeta de presentación para una gira espectacular como ninguna en la industria del rock se había hecho -con la salvedad quizá de Bruce Springsteen y U2- pero que aparte de la prensa, de la crítica, e incluso del público, no convenció del todo. Flotaba en el ambiente la sensación de que esa gira pretendía ser simplemente una suerte de despedida digna, de no querer marcharse sin demostrar lo que todavía eran capaces de hacer. Y aún se mascaba tensión entre Mick y Keith. Quienes vimos el concierto de Madrid de junio de 1990 pudimos notarlo.

Pocos imaginaban que los Stones habían vuelto para quedarse. Cuatro años después de ese "comeback", hacia el verano de 1993 aparecieron en la prensa las primeras noticias acerca de que los Stones estaban ensayando y preparando material en los estudios de Eddie Grant en Barbados. Tras firmar un nuevo contrato con Virgin Records, los Rolling Stones sacarían un nuevo disco de estudio en 1994. Un disco que era todo un reto, en primer lugar, porque después del fracaso que supuso en 'Dirty Work' dejar el disco en manos de un productor que más que hacer realmente de productor hacia de intermediario entre Mick y Keith, volvía a tener en los mandos de la mesa de mezclas a alguien foráneo al entorno del grupo: Don Was. Keith explicó que en aquel momento, para que el disco saliera realmente bien, era vital que musicalmente todo el grupo tuviera una idea muy clara de lo que querían hacer, y que alguien la entendiera hasta el punto de convertirse en el foco hacia el cual mirar en caso de duda. Don Was supo ser ese foco, e incluso, sacó de los Stones en el estudio cosas que nadie, ni siquiera Jimmy Miller en los 70, había conseguido sacar, como por ejemplo, la labor y la presencia de Charlie Watts en el sonido de los Stones.
Por primera vez en la historia del grupo, Bill Wyman no entró en el estudio con ellos. No fué un problema. Marianne Faithfull ha dicho en más de una ocasión que Wyman estaba en el grupo porque necesitaban que alguien tocara el bajo en las giras, puesto que en el estudio, muchas veces era Keith quien grababa el bajo. Darryl Jones, elegido finalmente para ocupar el lugar del bajista, hizo un trabajo excelente. Y el resultado final de todas las cintas grabadas en el otoño de 1993 fue un disco completo y redondo en todos los sentidos.

En 'Voodoo Lounge' hay rock, rock guitarrero, venenoso, fuerte y cargado de pura esencia Stone, como es "You Got Me Rockin´" que muchos críticos definieron acertadamente como el "Brown Sugar" de los 90 o el fabuloso "I Go Wild", en donde Keith vuelve a tocar esos acordes pegajosos, arrastrados, en los que además se ve reforzado por una base de ritmo muy sólida, muy densa, propia de cualquier banda de Hard Rock. "Sparks Will Fly" es un rock´n´roll escuela Chuck Berry en el que al igual que en el resto del álbum, el formidable tempo que Charlie Watts marca desde la batería le imprime a la canción ese "veneno" stoniano, rockero, único. No cabe pasar por alto que en los años en los que los Stones estuvieron inactivos, Charlie puso en marcha un grupo de jazz con el que hizo giras y grabó discos, y en opinión tanto de Mick como de Keith, ello le enseñó mucho acerca de lo que comporta liderar una banda, un grupo de rock. Hasta el punto de que por primera vez en la historia de los Stones, el resto del grupo se sorprendía de ver hasta que punto era exigente consigo mismo durante la grabación, como repetia tomas una y otra vez, y como se preocupaba por detalles del sonido de su batería que nunca antes le habían preocupado de esa manera. La presencia, el toque de clase, sugerente de sus aéreos, sus inconfundibles redobles jazzisticos, y su pegada potente como si de Keith Moon o John Bonham se tratase en los temas rockeros, es una de las señas de identidad para mí más destacadas de este 'Voodoo Lounge'.
Pero no solo hay rock fuerte en 'Voodoo Lounge'. En este disco se reunen dos maravillosas baladas cantadas por Keith Richards. "The Worst", según decía en la revista Heavy Rock Mariscal Romero, es la primera canción en la que Keith realmente canta como un vocalista, según pensaba él, por las enseñanzas de Mick Jagger. Es posible. E igualmente tierna, intensa, llena de feeling y con ese punto reggae que tanto gusta a nuestro hombre, esta "Thru And Thru", que se ha mantenido desde entonces con frecuencia en el set-list de los conciertos en directo. Ese aire reggae, impregnado por el cálido aire de Barbados, también esta en la melódica y sugerente "Sweethearts Together". El medio tiempo pop de "Brand New Car" es sencillamente genial, mientras que el aire sensual y provocador de "Love Is Strong" -para mi gusto, una canción con una fortísima conexión con "Emotional Rescue"- tiene lo fundamental que debe tener una canción de los Rolling Stones: su estilo, su sello, su personalidad. Un hit-single sensacional, que de hecho fue todo un exitazo de ventas, y que es una canción en la que Mick Jagger hace un despliegue de facultades y matices vocales como en muy pocas canciones de los Stones se le pueden escuchar. Y afortunadamente, sin tener que recurrir al falsete.

Las ventas de 'Voodoo Lounge' hicieron callar hasta a los más escépticos. La gira que hicieron para presentar este disco, lo más espectacular que nunca llevaron a cabo, incluyendo los últimos tours. Después de 'Voodoo Lounge', por primera vez en muchos años, nadie se atrevió a decir que los Rolling Stones se iban a separar. Pura inspiración, esencia Stone al cien por cien, en una colección de canciones que es de lo más logrado de su producción en los últimos años.
Si ya lo conoces, poco más tengo que añadir. Si nunca lo has escuchado antes, hazte con él... me lo agradecerás.

sábado, 15 de marzo de 2008

BLACK SABBATH - PARANOID (1970)



Actualmente son una banda de culto entre todos los grandes músicos de rock como muy pocas lo son. Henry Rollins, Monster Magnet, Spiritual Beggars, Cathedral, Faith No More, Type O Negative, Pantera o Paradise Lost, por solo citar algunos nombres de relieve, afirman categóricamente que su vida nunca habría sido la misma de no haber existido Black Sabbath. El legendario cuarteto de Birmingham, que integra al lado de Led Zeppelin y Deep Purple la trilogía, la santísima trinidad de la creación del Heavy Metal, es un auténtico clásico de clásicos, favorito intemporal del autor de este blog. Y eso desde 1979, año en que les conocí, y a pesar de todos aquellos compañeros de colegio fans a muerte de Deep Purple a los que los Sabs les parecían "pesados y fumados", aún cuando a casi todos les grabé este 'Paranoid' para que se convencieran de que no era así para nada
‘Paranoid’, el segundo album de Black Sabbath, se puso a la venta el 18 de septiembre de 1970. Fecha que sin embargo ha pasado a la historia por otro suceso, tristemente mucho más desgraciado. En esa mismsa mañana, mientras los dependientes de las tiendas de discos empezaban a desempaquetar las cajas en las que venían los vinilos de ‘Paranoid’, Jimi Hendrix fallecía en un hospital de Londres. Mórbida coincidencia...
En un primer momento, el título del álbum iba a ser ‘War Pigs’, pero la compañía les disuadió de esa idea pensando en que sería un título demasiado fuerte para América, en donde se tenía idea de editar el disco y en donde se vivía una fuerte crisis política provocada por la guerra de Vietnam.
Tan solo unos pocos meses antes, en febrero, había aparecido en el mercado su primer álbum, ‘Black Sabbath’, bajo etiqueta Vertigo, que había conseguido un resultado comercial en general muy estimulante -había alcanzado el nº8 de las listas, permaneciendo entre los diez primeros durante cinco semanas- y sobre todo, multiplicando las actuaciones en directo del grupo. A cada ocasión, había más gente que se quedaba sin entrada. “Antes no era como en la actualidad” -recuerda Tony Iommi- “las compañías ahora si tienes un disco que no tiene éxito, directamente rompen el contrato y te mandan a casa, pero si tienes éxito, hasta que las posibilidades del disco no están completamente agotadas comercialmente, no te dejan sacar otro. En 1970, al menos la gente de nuestro sello, Vertigo, pensaba exactamente lo contrario. Cuando venían a vernos tocar en Southampton, Blackpool o Bristol, y veían que la gente se quedaba sin poder entrar, que en muchas ocasiones tenía que venir la policía para controlar a la gente, y que nuestros fans literalmente enloquecían en nuestros conciertos nos dijeron: “Hey chicos, ¿no veis que esto va como la espuma? ¡esos chavales os adoran! ¡Vamos, hay que darles otra ración de Sabbath lo antes posible, así que hareis otro disco para el otoño! y bueno... lo hicimos.”

Black Sabbath eran en ese momento, y de hecho ‘Paranoid’ lo confirmaría plenamente, un grupo que estaba haciendo un tipo de Hard Rock original al cien por cien, mucho más enraizado en el blues progresivo del que grupos en Inglaterra como Zeppelin, Purple o Free habían bebido para ir creando poco a poco su propio molde musical. Pero Black Sabbath seguían plenamente inmersos en esa transición del blues progresivo al rock duro, añadiendo más dureza, un sonido de guitarra muy duro, muy denso y al tiempo, muy oscuro, muy opaco. Canciones que se rodeaban además como elemento muy característico de un aura misteriosa, pretendidamente siniestra adornada por una estética y una puesta en escena escatológica, irreverente y tétrica, tachada incluso de satánica, cuyas letras no dejaban de reflejar ese pesimismo contracultural propio del rock británico de los primeros años 70.
“Veníamos de una ciudad industrial, sórdida y gris como lo era en aquellos años Birmingham. Llovía todo el tiempo, el cielo estaba siempre lleno de humo de las fábricas, y la vida allí no era ninguna maravilla. Mi padre pasó casi la mitad de su vida en el paro, el sueldo de una familia de clase obrera solo daba para cubrir las necesidades básicas, y nunca conocí a nadie que tuviera allí una casa de su propiedad, sino que todo vivían en aquellos mugrientos apartamentos de alquiler de paredes ennegrecidas por la polución que se veían desde la autopista. Aquello en 1968 no tenía nada que ver con la soleada California de los jodidos hippies, ni con el alegre Londres pop de Carnaby Street. Por eso... ¿como te imaginabas que nuestra música iba a ser diferente? No, tocábamos alto, fuerte y duro para desahogar nuestra rabia, nuestro descontento y para olvidar durante dos o tres horas que no tenías dinero para pagar el alquiler o que era el último mes de paro que ibas a cobrar si no encontrabas trabajo.” -recordaba Ozzy Osbourne de los primeros años de Black Sabbath. Y ciertamente, no exageraba. A pesar de que ‘Black Sabbath’ no había funcionado mal, el grupo vivía básicamente de las actuaciones en directo y cuando empezaron a hacer ‘Paranoid’, ni siquiera tenían local de ensayo propio. “Todas las canciones de ‘Paranoid’ fueron compuestas en el Aston Community Center, una especie de centro cultural para jóvenes en el que te dejaban ensayar a libra la hora.” -recordaba Geezer Butler.

En las semanas en las que se estuvo trabajando en los ensayos y después en la grabación de ‘Paranoid’, todos los miembros del grupo coinciden en que hubo dos elementos que estuvieron omnipresentes en todo el proceso, bien fuera para mal o para bien, de ese disco: Alcohol y drogas. “Fumábamos haschis constantemente, bueno Tony solo uno o dos porros después del ensayo, pero los demás estábamos el día entero liando canutos. Aunque no teníamos dinero, había mucha gente que nos pasaba material a cambio de que le diéramos entradas para los conciertos, o a cambio de venir a vernos ensayar, y sobre todo a Geezer y a mi, ya nos gustaba beber. Creo que nunca probamos los acidos, pero el hash era nuestro desayuno, almuerzo y cena diarios.” - afirma Ozzy .
Ello parece ser que marcó las primeras diferencias serias entre Tony Iommi y el resto del grupo, especialmente con Ozzy. Segun el guitarrista zurdo, “Me molestaba mucho, y me enfadaba muchísimo con ellos cuando llegábamos al ensayo, y les preguntaba, “bueno... ¿teneis alguna idea, algun riff, algo? y su respuesta era: “No tío, lo siento, es que ayer me acosté tardísimo”, y el otro decía “no se, es que estoy atravesando un periodo difícil, me cuesta concentrarme ¿sabes?” y yo les respondía: “¡Mierda, sois una pandilla de putos colgados que os importa un bledo la música y solo pensais en privar y fumar!” la atmósfera era tensa, muchas veces había que ensayar horas y horas hasta que algo salía bien, y sobre todo, en el estudio hubo jornadas maratonianas, pero creo que precisamente por esa tensión, por esa rabia acumulada de no acabar de encontrar el sonido que realmente queríamos hacer, ‘Paranoid’ fue un álbum todavía más progresivo y más duro que nuestro pirmer disco. Comunicaba, transmitía mucho más. Y canciones como “Iron Man” y War Pigs” siguen siendo fabulosas, además por supuesto de “Paranoid”.

Con la producción de Rodger Bain y el apoyo de Tony Allom y Brian Humphries como ingenieros de sonido, en julio de 1970 se grabó en los Island Studios de Londres ‘Paranoid’. Conocido sobre todo por el tema que le da título, uno de los riffs más inequívocamente característicos de la historia del Heavy Metal, este segundo disco de los Sabs tiene además de ese sonido tan personal y que con los años resultaría de una influencia tan decisiva en el desarrollo del Metal como genero musicla con una entidad propia, canciones que son algunas de las lecciones de rock duro mas magistrales que cualquiera pueda escuchar. La extensa “War Pigs”, con un solo de guitarra de Tony Iommi realmente excepcional, y la demoledora base de ritmo compuesta por Geezer Butler y Bill Ward hace de este crudo himno antimilitarista, que narra la condenación al infierno de los “cerdos de la guerra” cuando son llamados al juicio final, un clásico de Black Sabbath sensacional. ”Planet Caravan”, la prueba más evidente de esa constante presencia de las sustancias psicotrópicas en el proceso de creación y composición de todos sus temas, “Electric Funeral”, puro terror, puro horror dramático hecho música, es otro de los temas que con el tiempo más característicos de Sabbath van a ser para ellos mismos como banda y para sus fans y “Iron Man”, una alucinante pieza que aúna en su estructura elelmentos del rock cósmico evolución de la psicodelia -tipo los primeros discos de UFO- con esos riffs arrastrados, lentos, densos, que tan bien definiera James Hetfield de Metallica como “los riffs salidos directamente del infierno”. Por no mencionar el impecable trabajo de Geezer como bajista en “Hand Of Doom”. tema en el que Ozzy hace una de las mejores interpretaciones en un estudio que nunca se le hayan escuchado.
Tony Iommi: “En ‘Paranoid’ yo hacía toda la música y Geezer hacía las letras conjuntamente con Ozzy. A veces eran realmente divertidos, porque Geezer siempre ha escrito letras muy crípticas, muy extrañas, con muchos juegos de palabras y muchos dobles sentidos. Ozzy escuchaba la letra y le decía: “¿pero que coño quiere decir esto?” muchas veces no entendía nada por más que Geezer se lo quisiera explicar, pero al final, hacíanos la canción y Ozzy interpretaba esa letra que decía no entender como si la hubiera escrito él. Es como la letra de “Supernaut”, la primera vez que la escuchar te dices: ¿Qúe sera lo que esta contando? pero Ozzy siempre podía digerirlo. De hecho la idea de “Paranoid” como canción salió de ahí. Geezer llegó con la letra a medio hacer, y Ozzy, espetándole todo el rato que era un paranoico que necesitaba ayuda psiquiátrica, completo la letra de nuestra famosa canción.”

El éxito de ‘Paranoid’ fue espectacular. Superó con mucho las ventas y la posición en ranckings de ‘Black Sabbath’ y las críticas que recibió fueron en general muy buenas. En América, donde se había editado a pequeña escala, acabó siendo todo un impacto; para sorpresa de la propia banda ‘Paranoid’ subió al número 4 de las listas USA en los primeros meses de 1971, después de que llegase al número 1 en Inglaterra a finales de octubre. Incluso, el éxito de ‘Paranoid’ en los USA desató un macabro interés por el grupo que rayaba en la exageración y que ya contenía toda la morbosidad y los mitos de grupos de brujos, satanistas y poseidos que les acompañaría durante gran parte de su carrera. En marzo de 1971, Nick Tosches escribió en Rolling Stone: “Ningún acto es más depravado, más autodestructivo que escuchar una y otra vez a todo volumen este lisérgico viaje al universo negro, oscuro y horrible que Black Sabbath han creado en cada una de sus canciones. Los ejércitos de Satanás, dos años después de que encárcelasemos a Manson, han ocupado de nuevo el mundo del rock.”
Black Sabbath giraron por Inglaterra entre octubre y noviembre de 1970, hicieron su primera gira por Europa en diciembre, y en la primavera de 1971, se lanzaron a la conquista de América, logrando, entre otros hitos, triunfar a lo grande en el Fillmore East de Nueva York ante la asombrada mirada de Bill Graham tocando con Mountain y Humble Pie. ‘Paranoid’ fue el disco que encumbró a Black Sabbath a lo más alto del rock, y a partir del cual se convertirían, merecidamente, en verdaderos ídolos ,al mismo nivel que los ya consagrados Led Zeppelin y Deep Purple. Escuchar el disco, incluso ahora, 33 años después, te da la idea y la dimensión del gran fenómeno que fueron para el mundo del rock.

MICHAEL SCHENKER GROUP - ASSAULT ATTACK (1982)


LOS ANTECEDENTES: 1979-1982
“’Assault Attck’, sin que quepa lugar a duda alguna,quedará en la historia de la carrera de Michael Schenker como el álbum más redondo de toda su carrera, coincidiendo con el mejor trabajo que Graham Bonnet ha hecho nunca en su vida en un estudio de grabación. Imprescindible en cualquier colección, selección o antologia de las gemas del Heavy Metal, y un aristocrático lujo para los oídos más exigentes”. Así se expresaba Martin Popoff en su conocida obra ‘The Collector´s Guide To Heavy Metal’, y cabe decir que no exageraba. Este gran álbum, que llegó en octubre de 1982 al puesto número 19 de las listas británicas y tuvo una aceptablemente buena acogida en los Estados Unidos, representa quizá el momento álgido de la creatividad y la inspiración de la pareja que lo protagonizó.
Michael Schenker había puesto su grupo en marcha dos años antes, después de irse de UFO en 1979 y un fugaz paso por Scorpions que se concretó en la grabación de un álbum ‘Lovedrive’ y una breve gira por Inglaterra. En 1980 el Michael Schenker ya debutaba bajo etiqueta Chrysalis con un álbum homónimo, ‘Michael Schenker Group’, en el que Schenker tenía sentado en la batería nada menos que a Simon Philips –batería entre otros, de Jeff Beck- a Don Airey y a Paul Raymond (UFO) en los teclados, a Gary Barden como cantante y a Roger Glover, a la sazón bajista de Rainbow en aquel momento como productor. El disco fue un éxito y lo que había empezado como un proyecto para un disco se transformó en una banda para salir a la carretera e iniciar una trayectoria como grupo profesional; tras la incorporación de Mo Foster como bajista, en 1981 giraron por América teloneando a Molly Hatchet, y tras la edición de su segundo álbum, ‘M.S.G. II’ para cuya grabación se incorporó al grupo Cozy Powell, las ventas en Japón resultaron tan extraordinarias que en septiembre de ese año el Michael Schenker Group viajaba a la tierra del sol naciente para hacer una espectacular gira y grabar un álbum en vivo ‘One Night At Budokan’ que se pondría a la venta en marzo de 1982.
Todo iba bien, pero sin embargo… Michael Schenker, que se vió obligado a dejar UFO entre otros motivos, por sus problemas con las drogas, volvió a cometer excesos con la heroína y la cocaína y su carácter, su forma de trabajar y sus excentricidades le llevaron a tener fuertes enfrentamientos con toda la banda, y especialmente con Gary Barden, quien por otro lado bebía con exceso y del que se dice que tenía un carácter muy violento cuando estaba bebido. En medio de una espectacular discusión con Schenker en un ensayo, Barden fue expulsado del grupo la semana en la que se ponía a la venta el directo de Japón. Casi al mismo tiempo, Powell recibió una oferta de David Coverdale para unirse a Whitesnake, y el batería, que también estaba a broncas todo el día con Michael Schenker, aceptó y se marcho. Y para acabar de rematar la jugada, Paul Raymond también dijo adiós para poner en marcha un nuevo grupo. Es decir, el MSG estaba virtualmente desecho, y para que no faltase de nada, al propio Schenker se le propuso abandonar la idea… ¡para entrar en la banda de Ozzy Osbourne! Si, como lo leeis.
Lo que sucedió fue que durante la gira que Ozzy estaba haciendo por Estados Unidos con su banda se produjo el trágico accidente que le costó la vida a Randy Rhoads, y en vista del éxito que el disco en directo estaba teniendo en América, el ex - cantante de Sabbath quería un guitarrista que pudiera acercarse al nivel de Randy, pero contra todo pronóstico, y a pesar de que Michael atravesaba un momento especialmente difícil en todos los sentidos, dijo que no a Ozzy. “En medio de toda la confusión, en medio de todos los problemas, me refugié en mi música, y a pesar de lo mal que lo estaba pasando, empecé a componer… y lo que salía de las cintas que emecé a grabar era tan sensacional que me dije: Tengo que montar una nueva banda cuanto antes y grabar estas canciones.” –declaró años más tarde Michael Schenker. Ahí, es cuando empieza propiamante dicha, la historia de ‘Assault Attack’.

LAS PIEZAS EMPIEZAN A ENCAJAR EN EL PUZZLE…
El nuevo Michael Schenker Group pasó en 1982 a estar formado por Chris Glen, bajista hasta entonces de la Sensational Alex Harvey Band y Ted McKenna, conocido batería de alquiler que había estado varios años en la banda de Rory Gallgher y había grabado con él el célebre álbum en directo ‘Stage´s Struck’ de 1980. No hubo un teclista fijo, y como nuevo cantante, el manager de la nueva banda se puso en contacto con Graham Bonnet, un vocalista cuyo trabajo con los Rainbow de Ritchie Blackmore había impresionado vivamente a Schenker. El cantante, que se disponía a empezar una carrera en solitario, –había editado un disco en 1981 tras su salida de Rainbow- no lograba encontrar los músicos adecuados, así que aceptó y se incorporó al grupo a finales de abril. Tras un par de semanas de intensivos ensayos, el nuevo Michael Schenker Group entró en los estudios Le Chateau, en Francia para grabar el nuevo disco. Y tanto Graham como Michael estuvieron de acuerdo en que el productor tenía que ser, al precio que fuera, Martin Birch. En aquellos días, ‘The Number Of The Beast’ de Iron Maiden era un impacto a nivel mundal de una magnitud increíble, y el grupo, que partía con un planteamiento inicial muy ambicióso, quería como fuese al productor que había hecho con los Maiden esa obra maestra. Tommy Eyre fue el teclista que grabó el disco, aunque la gira la hiciera posteriormente Andy Nye.
‘Assault Attack’ se puso a la venta en septiembre de 1982. Como hemos dicho, musicalmente el álbum es una verdadera obra maestra. En primer lugar, Martin Birch se entendió perfectamente con el grupo en el estudio, la banda confió mucho en el y se dice que le dejó un gran margen de maniobra para que hiciera y deshiciera, lo cual dio como resultado una producción de primerísima categoría, donde todo sonaba a la perfección y en donde se consiguió un nivel que no tenía ninguno de los trabajos anteriores. Las composiciones de Schenker eran realmente excepcionales, y temas como muy en especial el formidable “Samurai” eran de lo mejor que el guitarra había hecho en toda su carrera. “Dancer” era un hit single muy claro, muy melódico, muy al gusto de las FM de rock americano de aquellos días y de haber corrido otra fortuna el álbum, podría haber sido un hit a competir en los charts USA con Foreigner y Reo Speedwagon. “Desert Song” era una canción que tenía una fuerte influencia de Scorpions –no faltaron periodistas, entre los que me cuento, que en su momento notaron una evidente proximidad a nivel de composición entre este tema y el “Coast To Coast” de la banda de su hermano Rudolf- y “Broken Promises” era un Hard Rock muy pesado, con un ritmo muy marcado, el tema en donde hicieron un mejor trabajo tanto Ted McKenna como Chris Glen. Y para cerrar, otro tema que podía haber sido un excelente single, “Searching For A Reason”, con un buenísimo riff de guitarra de Schenker y un colchón de teclados que hacia de este tema una auténtica maravilla junto al instrumental “Ulcer”, que ponía un broche de oro inigualable a un álbum que salío perfecto, redondo, sensacional.

LA RUPTURA
Pero de nuevo, los problemas y los conflictos entre Michael Schenker y esta vez, Graham Bonnet, dieron al traste en pocas semanas con lo que podría haber sido un grupo sensacional, que tenía un potencial inmenso por desarrollar y que tenía por delante un futuro muy prometedor. Al igual que Barden, Graham Bonnet bebía con exceso –Richie Blackmore decía de él que le echó de Rainbow porque se presentaba tambaleándose en los conciertos, y a veces el grupo entero estaba pendiente de que se acordase o no de la letra de las canciones- y su carácter también podía llegar a ser muy imprevisible cuando se emborrachaba. De hecho, la historia de su expulsión del MSG se debió a un incidente de lo más truculento y controvertido de la historia de la carrera del guitarrista alemán. En agosto, cuando el grupo había iniciado una gira de seis conciertos por Inglaterra, el último concierto antes de la gran presentación de ‘Assault Attack’ en el Festival de Reading de 1982 –el mismo en el que tocaron Baron Rojo- en Yorkshire acabó en una catástrofe de proporciones insospechadas. Parece ser que Michael Schenker tocaba con un guitarra rítmico de apoyo en esta gira y antes de salir a escena, Graham Bonnet llegó al backstage con síntomas más que evidentes de fuerte embriaguez y entre el guitarra y el cantante hubo una acaloradísima discusión, en la que llegaron a las manos y tuvieron que ser separados por su propio personal de seguridad. Cuando empezó el concierto, Bonnet, que se había tomado cuatro whiskys más “para calmarse de la discusión con Schenker” según palabras propias, salió a escena en un estado lamentable y a la tercera o cuarta canción, empezó a insultar a Schenker por el micro, a llamarle jodido bastardo alemán y demás lindezas por el estilo, al tiempo que se iba detrás de los amplificadores, agarraba por el cuello al guitarra de apoyo, Steve Casey, y lo arrojó al público mientras gritaba que Schenker les estaba estafando. Graham Bonnet abandonó el escenario y obviamente, fue expulsado del grupo en aquel mismo momento. ¡y faltaban 48 horas para ser los cabezas de cartel del festival de Reading!
Contrarreloj, Gary Barden aceptó volver al MSG para no tener que cancelar la actuación de Reading, pero poco tiempo más tarde se confirmaba que se quedaba como miembro permanente en el grupo para grabar el que sería el siguiente álbum de estudio, ‘Built To Destroy’, que se editaría ya en 1983.
No obstante, la carrera de Michael Schenker se tornó errática, problemática y solo en contadas ocasiones volvió a vivir momentos de reconocimiento y de popularidad tan grandes como los que vivió en estos primeros años 80. Nunca ninguno de sus álbumes volvió a tener el éxito de ‘Assault Attack’ y a su vez, tampoco nunca más Graham Bonnet volvió a formar parte de un proyecto tan ambicioso ni tan lleno de calidad musical como el que inspiró este formidable álbum.

MEGADETH - COUNTDOWN TO EXTINCTION (1992)



Durante muchísimos años vivieron con el estigma de estar permantemente condenados a ser el “alter ego” de Metallica dada la activa participación en el grupo de San Francisco del fundador de Megadeth, Dave Mustaine. Poco a poco, disco a disco, fueron ganándose el favor de la crítica y de los periodistas, se fueron haciendo con una verdadera legión de fanáticos y cuando el disco que en esta ocasión nos ocupa se puso finalmente a la venta, su consagración como una de las bandas llamadas a liderar el Heavy Metal en los Estados Unidos en los años 90 fue un hecho. Por encima del tópico o de la frase hecha, con ‘Countdown To Extinction’, es cuando se puede empezar a hablar de un antes y de un después en la historia de Megadeth.
Cuando en enero de 1992 Megadeth, tras dos meses de intensivos ensayos y de una cuidada pre-producción entraron en el estudio para grabar este disco, dejaban atrás una controvertida y complicada historia. Casi desde adolescente, Dave Mustaine había tenido una adicción más latente en unas épocas, mas atenuada en otras, al alcohol y a las drogas, y en unos de esos periodos críticos es cuando se dice que fue expulsado de Metallica. Razones idénticas fueron las que llevaron a la ruptura de la anterior formación de Megadeth, la que grabó ‘So Far, So Good, So… What?’ cuando en 1990 el guitarrista Jeff Young, del que Mustaine llegó a decir que había robado dinero de las actuaciones de la banda para costearse sus dosis de heroína y que incluso había intentado que su camello le vendiera a Dave jaco en mal estado para matarle y el batería Chuck Behler, éste último parece ser debido a las pésimas relaciones personales que mantenía con Mustaine y Ellefson, fueron expulsados.
Es en ese momento cuando se incorporaron a Megadeth los otros dos músicos que integrarían la formación que permaneció unida durante más tiempo, que mejores álbumes grabó y que de hecho, se consolidó plenamente con la grabación y edición de ‘Countdown To Extinction’. Manteniéndose el tándem Mustaine-Ellefson, como nuevo guitarra se unió a ellos Marty Friedman, reputado y virtuoso guitarrista proveniente de los afamados Cacophony, más Nick Menza en la batería. Este line-up, aunque con resultados brillantes, pero todavía sin llegar a estar al cien por cien compenetrados, sin llegar a desarrollar el potencial que tenían, grabaron ‘Rust In Peace’, un disco que elevaba el nivel de la producción de Megadeth a unos standards de calidad muy altos. Pero aún así, ‘Rust In Peace’ no era el album definitivo. Es evidente que Dave Mustaine había dado, por fín, con los músicos que aparte de su fiel amigo Dave ‘Junior’ Ellefson, podían aportar a Megadeth buenas ideas, no crear conflictos en el seno del grupo y sobre todo, estar medianamente limpios de drogas. Con esa formación ya establecida, Megadeth pasaron toda la temporada 1990-91 presentando ese disco en el ‘Class Of Tytans Tour’, que en el otoño de 1990 pasó por España, con los Megadeth, Slayer y Suicidal Tendencies entre otros y que en el verano de 1991 recorrió con notable éxito toda América.

“Lo cierto es que cuando grabamos ‘Rust In Peace’, aunque había canciones excelentes y que siempre van a formar parte de la historia de Megadeth, como “Hangar 18”, todavía nos conocíamos poco entre nosotros, ellos entraron a grabar unos temas que había compuesto yo y sobre los cuales apenas pudieron añadir nada de su propia creatividad, y es un disco que vino a ser algo parecido a una prueba, a algo parecido a decir: OK, si estos tíos, ademas de grabar en tiempo record son capaces de funcionar en la carretera y en la gira no se vuelve a repetir el infierno de lo del año anterior, es que he acertado. Y acerté. Cuando empezamos a preparar ‘Countdown To Extinction’, estuvimos ensayando, hablando, discutiendo cada detalle por mínimo que fuera, llegamos a grabar hasta ocho demos de trabajo, no hubo ningún tipo de últimatum por parte de Capitol para acabar el disco ,como era habitual en grabaciones anteriores, y por primera vez desde que fundé Megadeth, grabé exactamente el disco que quería grabar, con el tiempo suficiente, con los músicos que quería tener y sintiendo que por primera vez, este jodido grupo era eso exactamente, un grupo y no cuatro músicos colgados tocando como excusa para conseguir mejores drogas.” Declaró Dave Mustaine a la revista americana Hit Parader en agosto de 1992. No le faltaba razón; ‘Countdown To Extinction’ fue un disco que de manerá absolutamente unánime fue apreciado, alabado y valorado por toda la crítica, tanto en Europa como en América y no tardó en subirse a las primeras posiciones de la mayoría de los charts. Si ya en ‘Rust In Peace’, la preocupación que Dave Mustaine ha tenido siempre por la problemática antinuclear, el respeto a la naturaleza, y determinados temas políticos eran clave en la temática de la mayoría de las canciones, ‘Countdown To Extinction’ casi podría considerarse en ese aspecto un álbum conceptual: una visión casi apocalíptica del final de la humanidad devastada en una guerra nuclear, efectos de sonido de ametralladoras disparando, bombardeos, todo ello teniendo como telón de fondo la denuncia de la hipocresía de la diplomacia internacional y la crítica feroz contra George Bush Padre, presidente de los USA en aquella época e impulsor de la Primera Guerra del Golfo Pérsico, y a su vez incluyendo letras que dejaban ver por parte de Dave Mustaine preocupaciones más existenciales, reflexiones sobre la línea que separa la vida de la muerte y lo difícil que resultaba moverse en esa línea… Curiosamente, fue el primer disco del grupo en el que su mascota, su símbolo, ese esqueleto radiactivo viviente llamado Vic Rattlehead, no aparecía en la portada, como si de un cambio total, de una renovación se tratase con este disco para todo lo que había sido el grupo desde entonces.
Musicalmente, el disco era sin lugar a dudas el mejor de cuantos habían grabado Megadeth con anterioridad, y de hecho, es difícil mencionar alguno de los que grabaron más tarde que se le pueda acercar. Siendo un álbum duro, muy duro, un disco que no perdía sus raíces de grupo puramente Thrash Metal, tenía unas estructuras de composición, unos riffs de guitarra, unos detalles de producción y un tratamiento de las voces y de la base de ritmo –contribución fundamental en este aspecto de su ingeniero de sonido y posteriormente afamado productor, Max Norman- que le otorgaban una calidad sin precedentes hasta ese momento en un disco de Megadeth.
Entre los temas más fuertes, más duros, hay sin duda que mencionar “Skin O’ My Teeth’ uno de los que guardaba una conexión mayor con el pasado y los orígenes de la banda, al igual que “Architecture Of Agression” , la tremenda “High Speed Dirt”, y ya, desde otro punto de vista, el tema más conocido del disco y que fue editado ese mismo verano como single, “Symphony Of Destruction” el tema que es ya, por pleno derecho, su gran clásico, ese tema imprescindible en cualquier concierto de Megadeth desde entonces.
Por el contrario, en una línea más experimental, y en la que se nota que ejerció una notable influencia Marty Friedman, nos encontramos con maravillas del calibre de “Foreclosure Of A Dream” o la propia ‘Countdown To Extinction’, amén de “Sweating Bullets”, una canción que Dave Mustaine nunca ocultó, era una suerte de homenaje personal a Alice Cooper tras haber grabado un año antes “No More Mr.Nice Guy” para la banda sonora de la película ‘Shocker’.
Tras su edición a mediados de julio de 1992, en el otoño ‘Countdown To Extinction’ era un impacto de ventas realmente inesperado en el panorama del Heavy Metal a nivel mundial: Nº2 en las listas de Heavy Metal en Estados Unidos, Nº5 en Inglaterra y Nº2 de Billboard durante 12 semanas entre agosto y octubre de 1992. Megadeth pasaron de tocar en clubes y discotecas a llenar ya grandes recintos, anfiteatros, y en los conciertos que hicieron por Europa con Iron Maiden en la gira “Monsters Of Rock” de aquel, año, se revelaron como un grupo que empezaba ya a estar entre los grandes de verdad.
‘Countdown To Extinction’ fue presentado en una extensa gira que no obstante, volvió a ser un infierno para un Dave Mustaine que, recien estrenada paternidad unas semanas antes de la edición de este disco, se debatía entre su fuerte adicción a la bebida y la responsailidad y sus deseos sinceros de dejar por completo las drogas y el alcohol para ocuparse de su hijo recién nacido… después de haber girado por Europa entre septiembre y noviembre de 1992, en la gira de primavera por Estados Unidos, Dave Mustaine estuvo a punto de morir cuando mientras viajaba en el autocar de gira, mezcló unos tranquilizantes con alcohol en tal cantidad que perdió el conocimiento y su mujer le encontró insconsciente en el suelo del autocar, con un hilillo de vómito saliéndose de las comisuras de la boca. Esa traumática experiencia parece ser que fue el detonante que decidió a Dave Mustaine a abandonar por completo y de manera radical labebida y las drogas. Inclusive, el 5 de junio de 1993 Megadeth se presentaban, en un peculiar mano a mano con Metallica, como segundos cabezas de cartel de un formidable festival celebrado en Milton Keynes y que selló el fin de la enemistad entre Dave y James Hetfield.
En 1994, Megadeth intentaron seguir la estela de gran éxito que marcó este formidable ‘Countdown To Extinction’, pero el siguiente trabajo, ‘Youthanasia’, aun sin dejar de ser en todo momento otro gran disco, ya llevaba a Megadeth por unos derroteros muy distintos… lo que era meramente una potencialidad, una muestra de la versatilidad del grupo se acabó transoformando en la base de su sonido, y la excesiva comercialidad que rodeó a ese disco les hizo perder parte de su credibilidad.
Sin lugar a duda, lo mejor, lo más inspirado, creativo, fuerte, contundente y sincero de Megadeth esta aquí, en este quizá irrepetible ‘Countdown To Extinction’.