miércoles, 28 de mayo de 2014

ESPERANDO A LOS ROLLING STONES: DIARIO STONE ON FIRE (1)

Martes, 27 de mayo 2014

Madrugada ya del 28 de mayo. Como es habitual en mi estudio a esta hora, café, whisky y un cigarrito de hierba.
Curiosidades del destino. Pongo música de los Stones en la carpeta que tengo instalada en mi mac y la primera canción que suena es "The Last Time". Así es como titulé en 1990 mi crónica para el fanzine en el que escribía en aquella época del último concierto de los Stones en el Vicente Calderón que hicieron de aquella gira española del 'Urban Jungle Tour, pensando que sería la última vez que les había visto, y con la sensación agridulce de que me habían gustado más los conciertos del 82. Si alguien me hubiera dicho que el 2014 estaría una vez más, sentado frente al ordenador, en la víspera de volver a la carretera  a viajar con los Rolling Stones, a volver a verles, y después de haberles visto por toda España y todo el mundo  en el 95, en el 98, en el 99, en el 2003, en el 2007 y en el 2013, pensaría que estaba loco.

Y hoy, esta noche en la faltan apenas horas para reunirme con mis hermanos Stone Santi, Juan Caveda, Imanol y Mariscal Romero para viajar hacia Lisboa para ver el segundo concierto de la gira europea de los Stones, empiezo este diario que de alguna forma quiero compartir con vosotros.

Estos días de finales de mayo han resultado muy intensos. Cierre de un número más de La Heavy, con lo que implica de trabajar todo el fin de semana, de recopilar últimas noticias, corregir pruebas de maquetación, redactar noticias de última hora, el nacimiento de mi tercer sobrino, y en el pasado fin de semana, la resaca de la histórica final de la Champions, donde mi equipo, mi Atlético de Madrid estuvo a punto de hacerse con el triunfo, y lo perdió en un maldito instante traidor... aunque a las pocas horas, permanecía más en mi memoria y en mi ánimo la alegría de habernos proclamado campeones de Liga por primera vez desde 1996, y además en un fin de semana que viví en mi segundo hogar, Barcelona, con la compañía, la amistad, el afecto y la generosidad de dos grandes amigos, que comparten conmigo la fiebre Stone con intensidad sin igual: mi maestro Jordi Tardá y mi colega Jordi Güell.
Y todo ello con los Stones ahí, aterrizando en Europa, en la antesala de una nueva aventura que me disponía a emprender como siempre que se trata de los Stones, cargado de ilusión, incertidumbre, sorpresas y como bien dice mi amigo Gay Mercader... con emociones que se viven con los Stones.

 A pesar de que Lisboa era uno de los destinos más apetecibles y accesibles para ver alguno de los conciertos de esta gira, por problemas de tiempo, trabajo, y mil cosas más -para variar en mi vida personal y profesional, no sé como lo hago, pero siempre estoy complicándome la vida- no busqué la entrada para Lisboa. Cada vez que escuchaba al Mariscal Romero en la radio hablar de cuando y como se iba a verlos a la capital lusa, me decía a  mi mismo: "mira que eres imbécil, Muni... Lo tenías a huevo, Romero va a ir, tu primo Juan va a ir y tu... ¡Si es que nunca aprendes!" 

 Pero hace solo unos días, y como me pasa siempre con los Stones -y me doy cuenta ahora, que Keith Richards me mira desde la pared con esa sonrisa en la que también parece decirme que a ver si espabilo- el diablo tiró los dados y por una carambola de las muchas que me pasan siempre con los Stones... ¡tengo un pase!
 De inmediato me pongo en contacto con Santi e Imanol -los que teneis mi libro sobre los Rolling Stones en España sabeis quienes son, son los vascos de la pancarta sobre Keith y el cocotero del concierto de El Ejido de 2007- que me dijeron que podía unirme a la troupe si al final encontraba un ticket o un pase, y en un cruce de un par de mails, tengo organizado el viaje.

El lunes por la noche, y para ir ambientandome, vuelvo a ponerme en el DVD 'Cocksucker Blues', la mítica película de Robert Frank sobre la gira USA del 72. ¡Que gozada! ¡Cuanto hace que no la veía, y que buena es, a pesar de estar hecha con medios precarios y sin la más mínima ortodoxia cinematográfica ! y este martes, tras hacer varias entrevistas en mi programa de radio ROCK STAR, me quedo a grabar una hora de especial Stones para las horas de programación radiofónica que no voy a hacer este jueves. Es un programa que he dedicado a los Stones más blueseros, y he pinchado desde "Little Red Rooster" y "The Spider And The Fly" a "Black Limousine" pasando por "Sway" y por supuesto, por el "Love In Vain" del 'Get Year Ya-Ya´s Out', con esa guitarra de Mick Taylor que me me pone la sensibilidad a flor de piel, y que aunque la escuche miles de veces, me transmite tal sentimiento que con frecuencia incluso me hace saltar las lágrimas de emoción.

 Llego a casa alrededor de las 11 de la noche. Saco a pasear a Coko, que como casi siempre, también intuye que me siento de una manera especial, y parece como si se contagiase de mi sensación de excitación, de nervios, de hormigueo por el estómago, porque corre por la calle como sí a él mismo le embargase esa misma sensación. Como son los perros, ¿eh?

Ceno algo rápido y ligero y empiezo a buscar crónicas del primer show de la gira en Oslo. Y de nuevo, la opinión es unánime: UN CONCIERTAZO. Todas las crónicas coinciden en que el grupo esta con una fuerza, una potencia, una frescura sensacionales. Todo indica que el concierto de Lisboa puede ser sensacional...

Y gracias a los dados tirados por el diablo, voy a poder verlo. Y por supuesto contároslo tanto aquí en este blog como el próximo martes 3 de junio a partir de las 17.00 , hora peninsular española, en mi programa de radio ROCK STAR en www.mariskalrock.com.

Me he servido un segundo whisky y ahora está sonando "Live With Me". Vive conmigo... Si. Si, también estoy pensando en ti. Tu sabes quien eres. ¿Porqué estos malditos rockeros ingleses me adivinan el pensamiento, se adelantan a mis sentimientos y me cuelan canciones cuando escribo como si fueran golpes bajos emocionales...? Joder, Keith, deja de reirte...

Bueno, ahora debería (intentar) dormir algunas horas. Mañana, nos esperan 6 horas de carretera hasta Lisboa. Y al día siguiente, volver a vivir, volver a sentir, volver a soñar, volver a disfrutar de lo más grande, lo más inmenso, lo más sensacional que este pobre cronista musical puede vivir: un concierto de los Rolling Stones.

A la vuelta os cuento que tal fue todo...