miércoles, 4 de noviembre de 2015

IRON MAIDEN : THE BOOK OF SOULS


Hace ya dos meses que escuché por primera vez el largamente esperado nuevo álbum de Iron Maiden y no he querido escribir este blog hasta no haberlo escuchado no dos, ni, tres ni cuatro veces. Desde que me hice con él recién regresado de mis vacaciones, lo he escuchado en su integridad más de 25 veces.
Por ello ahora, habiendo estudiado en profundidad esta compleja obra, quizá la más ambiciosa en cuanto a concepto musical que han editado Iron Maiden quizá en toda su carrera, quiero compartir con todos los lectores de La Comuna mi percepción de este nuevo disco de la doncella.

De entrada, he de decir que este el disco de Iron Maiden que más me ha gustado desde 'Dance Of Death'. Sobre los dos últimos discos, 'A Matter Of Life And Death' me pareció un intento fallido de tratar de evolucionar sobre su concepto de Heavy Metal tradicional hacia otros horizontes, que se reflejó en unos temas que no tenían ni el gancho ni la fuerza de los Maiden de siempre. 'The Final Frontier', a mi juicio supuso una mejoría en ese sentido, con un nivel medio general mejor que el de su predecesor, pero que salvo en contados momentos, también se quedaba por debajo de lo que se puede esperar de Iron Maiden.
Sin embargo, en en este nuevo disco, por un lado y dentro de esa evolución hacia un tipo de Heavy Metal más maduro, la banda esta vez sí es capaz de construir unos temas mucho mejor estructurados en su composición y dotados de una inspiración notablemente mayor. Por otro lado, a lo largo del disco hay varios temas que obviamente buscan la conexión con el fan de Iron Maiden de la época más clásica de los 80, que vuelve a un tipo de estructura de composición más sencilla, más basada en el riff de guitarra, y a los que han sabido sacar un resultado excelente.

Vamos con el análisis de 'The Book Of Souls' tema por tema

If Eternity Should Fall” es un largo tema de más de 8 minutos precedido de una intro de aire muy étnico, idónea para abrir los conciertos y que enlacen directamente con el tema para empezar el show, que una vez que toda la banda entra con todo a la canción, es un auténtico ejercicio de maestría. Cambios de ritmo, duelos de guitarras, transiciones instrumentales muy intensas... a pesar de su duración, no se hace largo en ningún momento. Empieza bien la cosa.

Speed of Light” es un clásico hit-single de la factoría Maiden. En su estructura y en su melodía, en seguida recuerda a “The Wickerman” o “Wildest Dreams” aunque con un aire aún más ochentero, es pegadizo, y en su conjunto, es uno de esos guiños que la banda hace a su pasado para ganar la complicidad del fan más escéptico.

The Great Unknown” se abre con unas líneas de bajo al más puro e inconfundible estilo de Steve Harris, para evolucionar hacia una pieza que se mueve a medio camino entre las composiciones clásicas de los 80 y las más contemporáneas de los últimos discos. Nuevamente tenemos en esta canción un magnífico trabajo de guitarras y un Bruce Dickinson enormemente versátil, mostrando un dominio de sus registros vocales verdaderamente sorprendente.
The Red And The Black” es un complejo y elaborado ejercicio de rock progresivo que sobrepasa los 13 minutos, que se abre con una nueva exhibición de maestría e inspiración de Steve Harris en el bajo, con unas líneas que de nuevo se adentran en una atmósfera más étnica, de aromas orientales, a las que se va uniendo el resto de la banda en un tema que inevitablemente guarda una conexión -aunque lejana- en su estructura con aquel legendario “Rime Of The Ancient Mariner”. A lo largo de toda la canción, y a pesar de su extensa duración, hay fragmentos muy pegadizos, con unos coros y unos estribillos vocales idóneos para el directo, y que se me antojan especialmente pensados para que esta canción forme parte del set-list de la próxima gira.

When The River Runs Deep” vuelve a ser un flashback a los años 80. En su inicio, recuerda mucho a “Moonchild” y según evoluciona nos encontramos con un temazo que es puro Heavy Metal en el que vuelven a destacar, en esta ocasión, la potencia de la base de ritmo compuesta por Steve y Nicko y la voz de Bruce, en este tema quizá más por encima del resto de la instrumentación que en otros. Y en cuando a los solos de guitarra, repito; salvando las distancias, podían haber sido grabados para 'Piece Of Mind'.

The Book Of Souls” es otra de esas piezas de este disco en las que el grupo da rienda suelta a toda su creatividad, y se embarga en un tema que comienza con unas guitarras muy suaves que derivan en un hard rock muy denso, muy cargado, con una melodía muy sabbath por un lado, muy arabesca por otro, que en su progresión muestra la inmensa inspiración que el grupo ha conseguido atraer hacía sí mientras trabajaban en este disco. Un medio tiempo extenso, muy trabajado, que termina, a modo de cierre del círculo, con unas sorprendentes flautas y las mismas guitarras acústicas con la que se abría la canción.

Abriendo el segundo disco nos encontramos con una fabulosa y potentísima “Death Or Glory”, cuyo comienzo me retrotrae inevitablemente a 1982, con aquellas entradas de batería espectaculares de Clive Burr, aunque después el tema tiene un estribillo y una sonoridad que me recuerda más a la época 'No Prayer For The Dying'. Es otro temazo sensacional y podría ser otra de las mejores bazas de este disco para el directo.

El nivel de calidad se mantiene: “Shadows Of The Valley”, cuyo comienzo es calcado al de “Wasted Years”, es otra muestra de la energía, de la fuerza y de la inspiración que Iron Maiden pueden desarrollar en un disco cuando la máquina está bien engrasada y a pleno rendimiento creativo. Es un tema tipiquísimo de Iron Maiden, -hay fragmentos que me recuerdan “Where Eagles Dare”- con un Bruce Dickinson sublime, el bajo de Steve Harris omnipresente e imprimiendo una fuerza extraordinaria a toda la canción y que de nuevo, llevará a sus fans más, digamos, nostálgicos a disfrutar con la esencia de aquellos Maiden de la considerada para muchos, década de oro del Heavy Metal.

Tears Of The Clown” es un medio tiempo no tan brillante como otros temas del disco, pero que no desmerece en absoluto dentro de este singular disco. Por su estribillo, seguramente te recordará a “Run Silent, Run Deep” de 'No Prayer For The Dying'.

The Man Of Sorrows” me ha parecido personalmente, la más floja del disco. Un medio tiempo baladístico que va in crescendo, pero que carece de la misma intensidad y de la misma fuerza que otras composiciones incluidas en 'The Book Of Souls'.

Llegamos al final con 'Empire Of The Clouds', la más experimental y laboriosa de asimilar del 'The Book Of The Souls'. No en balde sus 18.01 minutos la convierten en la canción más larga grabada nunca por Iron Maiden y es en sí misma como un disco dentro del disco, como una mini-ópera rock, una narración que empieza muy suave, solo con voz y piano para ir en un constante in crescendo, que acaba desembocando dentro de un ejercicio de rock progresivo fantástico en una explosión heavymetalera de la más pura escuela Iron Maiden que termina desvaneciéndose en las estrofas que Bruce Dickinson emplea para terminar esta densa y elaborada composición.

Un trabajo del que por su complejidad, su extensión, la enorme cantidad de matices que contiene cada una de las canciones, los detalles de producción, por todo, debe ser escuchado con gran detenimiento y más de una vez para poder apreciar en su totalidad todo el magnífico contenido que este trabajo encierra. Una vez que lo hagáis creo que muchos coincidiréis conmigo en que estamos ante un trabajo definitivo en la carrera de Iron Maiden. De tal manera que entiendo que tardarán mucho tiempo en volver a grabar y que lo próximo que hagan será muy distinto de este 'The Book Of Souls'. 

viernes, 9 de octubre de 2015

ALICE COOPER : THE HOLLYWOOD VAMPIRES


Pocas veces se encuentra uno a estas alturas del rock business con un proyecto musical tan atractivo, lleno de grandes nombres del mundo del rock y con versiones tan potentes, crudas, genuinamente rockeras y que desprenden tanta energía como las que componen este formidable disco.

En palabras de su protagonista, Alice Cooper, este ambicioso proyecto llevaba en su cabeza desde hacía ya varios años, y según ha contado en varias de las entrevistas que ha concedido con motivo de la salida a la venta del disco, “John Lennon, Keith Moon, John Bonham, Jim Morrison, Harry Nilsson... yo les conocí a todos, y en mis años de nube etílica, me emborrachaba con ellos en Los Angeles. Llegamos a ser muy buenos amigos. Cuando nos juntábamos unos cuantos, éramos el terror de la ciudad y llegamos a formar un club que cuando nos reuníamos, bien fuera en Los Angeles o en el Speakeasy de Londres, nos guardaban un reservado. Nos llamaban los vampiros de Hollywood. Muchos de ellos han muerto, y sentía casi como una cuestión de conciencia hacerles un homenaje”.

Y este es el resultado final de ese homenaje. Un disco de versiones de grandes clásicos de la historia del rock, de temas pertenecientes a la carrera de grupos que han perdido a alguno de sus miembros, en muchos casos a alguno de sus miembros más carismáticos a cargo de una selección de músicos reunidos para esta grabación por Alice Cooper y el actor Johnny Depp que probablemente sea irrepetible. Desde Sir Paul McCartney a Brian Johnson de AC/DC pasando entre un largo etcétera de celebridades del mundo del rock por Joe Perry de Aerosmith, Zak Starkey, Perry Farrell, Dave Grohl, Slash, Robbie Krieger, Kip Winger, Christopher Lee, o los ex- Guns N' Roses Duff McKagan y Matt Sorum. Por supuesto, y ante un proyecto de esta envergadura, el productor no podía ser otro que Bob Ezrin, y su trabajo solo cabe ser calificado de sobresaliente.


Se abre esta joya musical con una delicatessen que quines hemos sido seguidores de ese inmenso actor que fue Sir Christopher Lee, el Drácula más terrorífico que se haya encarnado en el cine, agradecemos infinitamente. Un monólogo titulado “The Last Vampire” recitado por el gran actor poco antes de su fallecimiento que finaliza con las míticas palabras que el Conde Drácula dirigía a Jonathan Harker en su llegada al castillo del vampiro cuando suenan en la lejanía aullidos de lobo . “Escúchelos... las criaturas de la noche...¡qué música hacen!”
¿Podía iniciarse de otra manera un disco de una banda llamada Hollywood Vampires? La música de fondo que decora las palabras de Lee han corrido a cargo de Bon Ezrin y Johnny Depp.

La cosa continúa con un furioso y heavymetalero rock lamado “Raise the Dead” en el que nos encontramos a Alice Cooper ejerciendo de cantante, como en la mayoría de las canciones del álbum, en las guitarras a Johnny Depp, Tommy Henriksen y Bruce Witkin, batería Glenn Sobel y en el bajo a Bruce Witkin. Auténtico temazo que es puro Heavy Metal y en el que Mr.Fourniere esta impresionante.

Abrimos el álbum de recuerdos con un “My Generation” de los Who que reune en las guitarras a Johnny Depp y Tommy Henriksen, bajo Bruce Witkin, batería Zak Starkey -actualmente en los Who- y coros a cargo de Tommy Henriksen. Otro trallazo muy heavymetalero que recupera a los Who más crudos y viscerales.

“Whole Lotta Love” de Led Zeppelin se la reparten en las voces Alice Cooper y Brian Johnson, con
guitarras de Joe Walsh, Johnny Depp, Orianthi, Tommy Henriksen y Bruce Witkin, batería Zak Starkey, bajo Kip Winger y programación de Tommy Henriksen. Siguen los vampiros subiendo el volumen de sus amplificadores, incrementando la potencia de las guitarras y sacando en esta versión la vena más netamente heavy de sus protagonistas.

“I Got a Line” reuune junto al micrófono a Alice Cooper y a Perry Farrell, con guitarras de Joe Walsh, Johnny Depp, Tommy Henriksen y Bruce Witkin, batería Abe Laboriel Jr., bajo Kip Winger y coros Perry Farrell, Tommy Henriksen y Bob Ezrin. ¡Fabulosa! El gran clásico de los míticos Spirit de Randy California es más hard rock que heavy metal, se mantiene muy fiel a la original y es de las que os confieso que a medida que escuchaba el disco, es de las que más he repetido en el reproductor.

“Five to One / Break On Through” nos trae a la guitarra a uno de los Doors originales y uno de los supervivientes, Robbie Krieger, a quien acompaña en el bajo Bruce Witkin y Abe Laboriel Jr. en la batería. Oscura, densa, creo que intencionadamente trata de recrear esa misma energía tan especial y sofisticada que los Doors desarrollaban tanto en sus grabaciones como en sus actuaciones en directo.

“One / Jump Into The Fire”, el personal homenaje de Alice Cooper a su amigo Harry Nilsson - ¿Quíen no recuerda aquella maravilla llamada “Everybody´s Talking” de la banda sonora de la película Cowboy de Medianoche? - vuelve a tener cantando juntos a Alice Cooper y a Perry Farrell, con Robbie Krieger, Johnny Depp, Tommy Henriksen y Bruce Witkin en las guitarras, Bruce Witkin en el bajo y en la batería... ¡Dave Grohl! ¡que fiera! Y es que no se debe olvidar que aunque Foo Fighters es desde hace muchos años ya su proyecto, su banda, en Nirvana demostró ser el mejor instrumentista del trío con su inconfundible pegada a la batería. Una versión muy personal -aunque en el caso de “One” me sigue gustando más la versión que hicieron los Three Dog Night- y en la que encontramos un más que inspsirado trabajo de teclados a cargo del propio Bob Ezrin.

“Come and Get It”, canción de los Beatles compuesta por Paul McCartney para la BSO de la película The Magic Christian en diciembre de 1969, aunque fue popularizada en los primeros meses de 1970 por aquell fantástica banda que tristemente es apenas conocida y recordada, Badfinger -algún día escribiré algo sobre ellos, merecieron mejor suerte-. McCartney, que toca también el piano y el bajo en esta grabación, canta maravillosamente en esta versión en cuyas guitarras encontramos nada menos que a Joe Perry y Johnny Depp y a Abe Laboriel Jr. en la batería. Divertida y lograda versión que acaba con una suerte de broma musical, muy al estilo de los Beatles del White Album.

“Jeepster” de T.Rex esta grabada por Joe Perry, Johnny Depp y Tommy Henriksen en las guitarras,
Glenn Sobel en la batería, Bruce Witkin en el bajo y cuenta con Bob Ezrin haciendo coros en una versión muy original, en la que le han imprimido en determinadas partes un aire country-rock burnísomo. Este mismo line up es el que esta tras “Cold Turkey” de John Lennon y “Manic Depression” de Jimi Hendrix, aunque en este último, la batería es de Zak Starkey. Quizá estas dos piezas sean las menos logradas, o dicho de otra forma, las que al escucharlas, no poseen un gancho especial o por lo menos a mi, me han dejado la impresión de haber quedado poco trabajadas, muy planas, muy lineales.

En cambió, el fantástico “Itchycoo Park” tiene al mejor Alice Cooper como vocalista de todo el disco, el dueto de guitarristas formado por Depp y Henriksen, dentro de la dureza de esta versión le han dado a las guitarras un colorido y un tratamiento que entronca con aquel aire pop propio de los Small Faces de Steve Marriott. Excelente trabajo aquí de Bruce Witkin en el bajo y de Glenn Sobel en la batería.
“School’s Out / Another Brick in the Wall Pt. 2″ es una pieza coral en la que nos encontramos a Alice Cooper de nuevo con Brian Johnson como cantantes, Slash, Joe Perry, Johnny Depp, Tommy Henriksen y Bruce Witkin en las guitarras, Dennis Dunaway en el bajo y Neal Smith en la batería. De nuevo, una versión muy dura, muy heavymetalera, de lo mejor de todo el álbum en cuanto a producción, excelentes solos de guitarra, y una base de ritmo furte, contundente, penetrante... y en la que el encaje del “Another Brick In The Wall” es todo un prodigio de imaginación.

Llegamos al final con un medio tiempo hardrockero muy emotivo, “Dead Drunk Friends” con las guitarras de Johnny Depp, Tommy Henriksen y Bruce Witkin, batería de Glenn Sobel y en el bajo a Bruce Witkin que viene a ser, como si fuera un álbum conceptual, el final de la historia, con una letra que es todo un tributo a esos amigos del club de los Vampiros de Hollywood que se fueron para siempre.

Grandes canciones, historia del rock, una cuidada producción y músicos que han sabido hacer un trabajo verdaderamente magnífico. Será de los grandes álbumes de 2015, y -obvio es decirlo- os lo recomiendo sinceramente.

lunes, 28 de septiembre de 2015

KEITH RICHARDS: "CROSSEYED HEART"


Mi primo Juan, stoniano “enfermo” como yo, con el que he seguido desde hace más de 20 años a los Stones por escenarios de todo el mundo, me comentaba esta pasado mes de julio en una cálida noche de verano madrileño en la terraza de “El Refugio” que había leído en el New York Times on line una entrevista con Keith y con su amigo y colaborador Steve Jordan, de los X-Pensive Winos, que el guitarra de los Stones en esa entrevista había confesado abiertamente que después de haber terminado la gira de 'A Bigger Bang', pensó seriamente en retirarse y dejar definitivamente la música, para dedicar el resto de su vida a su familia, especialmente a sus nietos.

 Al comentar esa idea a su amigo Steve Jordan, éste le cogió literalmente de las solapas de la chaqueta y lo llevó poco menos que a rastras a un estudio de grabación, y emulando a Andrew Loog Oldham, cuando encerró a Keith y a Mick en una cocina con un piano y les dijo que no les dejaría salir de allí hasta que no tuvieran una canción compuesta y lista para ser grabada a mediados de los 60, Jordan le espetó a Keith que no le permitiría dejar el estudio hasta que no tuviera canciones terminadas para grabar un disco, fuera cuando fuese.

 Parte de lo que se produjo en ese arrebato es lo que se plasma en este 'Crosseyed Heart', el primer disco de Keith Richards en solitario desde el 'Main Offender' de 1992. Así que si es realmente cierto ese relato de Steve Jordan... ¡gracias, amigo!

 Bueno... algunos diréis: “¿Que va a decir Muniesa del disco de Keith Richards, si es fan de los Stones hasta la médula y adora a Keith Richards?” y bien, podría no faltaros razón si os quedáis solo en la superficie de ese planteamiento. Yo por supuesto, y jamás lo negaré, admiro, y mucho, muchísimo a Keith Richards en su espíritu rockero, en lo que su música ha significado en mi vida y hasta en su actitud gamberra, transgresora e iconoclasta en el rock -quizá no tanto en otras cosas- pero mi admiración, mi respeto y mi cariño hacia mi hermano mayor, hacia mi padre en el Rock´n´Roll, hacia mi maestro en la noche y en la vida salvaje, hacia mi compañero de largos tragos de bourbon escuchando blues, no me impide analizar con objetividad y de manera crítica su producción discográfica, precisamente porque como stoniano de corazón, soy extremadamente exigente con mis Stones, precisamente porque ellos lo son consigo mismo más que yo o cualquier otro “enfermo” como yo.

 De entrada, deciros que 'Crosseyed Heart' es por encima de todo, un disco muy stoniano, más incluso que sus predecesores 'Talk Is Cheap' y 'Main Offender'. Es, con mejores y peores resultados según los casos, no solo el disco más stoniano de Keith Richards, sino el más personal, el más sincero, el que considero más genuino de nuestro Keith. Es un disco en el que nuestro hombre se muestra más como es él,  el disco en el que muestra de manera más abierta, más descubierta, sus influencias, la música que escucha, que más le gusta, y que a menudo, aparece en los discos de los Stones en forma  de guiños reggae, de detalles soul, de dejes rockanrrolleros atenuados, de susurros con aroma de tabaco, efluvios de alcohol, respiraciones entrecortadas y esa voz aguardentosa, nasal,  rockera, íntima, cercana y amiga de nuestro Keith.

 Se abre esta visita al corazón blues-rockero del jefe con una suerte de breve monólogo que es pura esencia de blues stoniano llamada como el propio disco, “Crosseyed Heart”, que es la mejor arma con la que este jodido filibustero inglés podía desarmarnos nada más empezar el disco. Guitarra blues -¡puro y jodido blues!- al más puro estilo del delta del Missisipi que lo confieso, me arranca lágrimas de emoción. Como siempre, este puto cabrón se sienta en una silla, rasga una guitarra, bebe un trago, da una calada a su cigarro, deja al desnudo su alma blues y me desmonta.... y a vosotros tambien, no lo neguéis ¿eh?  Viejo cabrón, viejo gitano, puto jefe... en solo un minuto ya has averiguado que yo también tengo el corazón cruzado de viajes, heridas, aventuras... ¡Cómo me conoces, puto pirata inglés!

Sigue esta maravilla con una pieza de Rock´n´Roll fabulosa llamada “Heartstopper”, que la primera vez que la escuché me pareció en seguida una hija bastarda de aquel “Little T&A” del 81, del 'Tattoo You', ese rock´n'roll stoniano tan personal y tan genuino. Keith lo recupera y lo mantiene en “Amnesia”, otro temazo, rockero de pura esencia Stone que es una verdadera maravilla. Recuerda en cierta manera al “Take It' So Hard” de su primer larga duración en solitario.

“Robbed Blind” es, sin más paliativos, una MARAVILLA. Tiene toda la personalidad Stone, todo el rollo stone de las baladas que Keith canta en los últimos discos de los Stones, y es una canción con un piano cautivador, unas guitarras cálidas cuyo slide te cautiva, te hipnotiza, y la voz de Keith...  ¿qué os voy a decir?  Es sentimiento, sentimiento puro y duro, besos furtivos, caricias clandestinas, respiraciones entrecortadas, poesía del sexo, placer del alcohol... simplemente, ser Stone, vivir Stone, respirar Stone... Si no eres capaz de vivir, sentir o entender esto, de verdad y sin que te lo tomes a mal, vete a ver Telahinco.

“Trouble” es un tema muy stoniano, que de hecho, yo desde que lo escuché por primera vez siempre dije que pensaba que podria haber estado en cualquiera de los últimos discos de los Stones: Es Keith en estado puro, es ese tipo de rock´n´roll atenuado, a medio tiempo, muy de los Stones con su voz nasal y dylaniana, cantando rock´n´roll desnudando el alma.

 “Love Overdrue” es el típico rollo reggae que tanto le gusta a Keith. Bueno, OK, pero...  tengo  que ser crítico con él. Es un tema flojo y desinspirado. Es como aquel insulso “Too Rude” del 'Dirty Work'. No esta mal, pero no deja de ser un tema de mero relleno. Por supuesto bueno, válido, pero por debajo, diría que muy por debajo del nivel que cabe exigirse a Keith. Mick nunca lo habría admitido en un disco de los Stones, estoy seguro.

“Suspicious”... ¡Hey! ¡este si que es bueno! Para que te hagas una idea, es un tema casi gemelo del “This Place Is Empty” del último de los Stones. Si te gustó aquel, este te gustará.

 “Blues In The Morning”... a pesar del título, es un rock´n´roll al más puro “Roll Over Beethoven” de Chuck Berry, si se quiere algo más desacelerado, con un saxofón maravilloso y un rollo rockero stoniano sensacional. ¡Este es mi Keith! ¡Wuau! ¡Esto es puto rock´n´roll!

 “Something For Nothing” se caracteriza por un coro negroide, con reminiscencias a los The Police de los comienzos que se transforma también en un tema de rollo muy stoniano pero más... dijéramos entre comillas “comercial”. No esta mal como single para que suene en radio, pero está lejos de ser lo mejor del disco.

“Illusion”... oh... hijo de puta, aquí sí que me has dado en el centro del corazón. Si te gustó en su día el “Thief In The Night” o el “How Could I Stop?” de los Stones del 'Bridges To Babylon”, aquí tienes a un Keith que es la continuación de aquel, lleno de inspiración,  más relajado y más introspectivo. Igualmente, genial.

“Just A Gift”. Balada con Keith susurrándote al oído. Pura esencia Stone. Como dice el título, es todo un regalo para los sentidos. Jefe... aquí vuleves a cautivarme. ¡Qué cabrón eres, viejo maestro! Exactamente igual con esa medio balada medio folkie con aire irlandés, con esa magia acústica, preciosa, que es “Goodbye Irene”. Suena como un himno... Y ¿por que no? Puede serlo. Escúchalo con un vaso bien generoso de whisky en la mano, déjate llevar... y sé feliz. Yo ahora, según bebo y escucho, me estoy sintiendo feliz.
 Gracias, maestro. Te perdono la resaca.

“Substantial Damage”... ¿os imagináis a Keith haciendo hard rock al estilo Led Zeppelin tardío? ¿no? Pues escuchad esta maravilla...

Llegamos al final con “Lover´s Plea”. Otro gustazo con teclados suaves, seccion de viento muy sugerente, guitarras y coros cálidos y Keith más que cantando, susurrando... sugiriendo... invitando...  

 Este es nuestro Keith Richards de 2015. Duro y áspero, rockero y bluesero, sincero y genuino.
Señoras y señores, simplemente el puto amo. El Jefe. El ÚNICO JEFE.

Gracias, maestro,

Gracias, Keith.